sábado

Las locuras del coleccionista de arte...


"Coleccionar es un arte. Es saber discernir entre lo que se quiere y lo que se rechaza. Es, en definitiva, el producto de una acción quizás la más difícil para el hombre: elegir y priorizar"  Lola Garrido


                                Ada Mändl en la biblioteca de Hans-Peter Feldman

El criterio del coleccionista. No se centra en la alegría de lo que tiene, sino en la ansiedad de lo que le falta.
Lo escribe mejor Susan Sontag (El amante del volcán) “una colección completa no es la conclusión de lo que el coleccionista ansía (...) Incluso si lo tienes todo -lo que sea- entonces quizás desearás un ejemplar mejor (una versión, una edición) de lo que ya tienes” 
 


    Obra de Henri Cartier-Bresson contiene una dedicatoria personal a la coleccionista Lola Garrido.


  Lola Garrido, "inteligente, provocadora, osada, intelectual, divertida, sorprenderte y rompedora" (en palabras de Amelia Alas en la estupenda entrevista de Yo dona de junio) es una de las coleccionistas de fotografía más importantes de Europa, dice: "No recuerdo haber hecho nada más importante en mi vida que dejarme fascinar por las imágenes. Si me pienso en pasado, aún en el más inmediato, me encuentro en el trance de leer y mirar, leer y mirar. Alguna vez me he preguntado, como un aprendiz de Bartleby contemporáneo y neurótico, si hubiera preferido no hacerlo. Si alguna vez, ante alguna imagen, ante una selección, sentí el deseo de decir “preferiría no hacerlo”.
Ninguna colección es lo que se espera de ella, sino la posibilidad que tiene el coleccionista de dar rienda suelta a sus equivocaciones. (+)
Las grandes colecciones son autobiográficas. (+)


«Mi nombre es Charles Saatchi y soy un artehólico» este es el título del libro de unos de los coleccionistas y galerista más polémico e influyentes de la actualidad fue uno de los publicistas más avispados en los setenta, cuando creó su agencia Saatchi & Saatchi. Desde entonces se ha reinventado muchas veces . Que se agota el tirón de los Young British Artists (alzó a los altares a los «chicos malos del arte británico— grupo en el que destacan sus siempre admirados Damien Hirst -el de los animales en formol- y Tracey Emin, de quien expuso en su casa su polémica instalación de la cama sin hacer con condones usados, ropa interior manchada de sangre...), pues vende su colección y crea otra. Que le va mal una galería, pues abre otra de 6.800 metros...
El arte, dice, es su única extravagancia; compra lo que le gusta y para exhibirlo. Ha ganado tanto que puede permitirse ser «asquerosamente derrochador», considera a Damien Hirst un genio, nunca ha entendido el milagro de Rothko ( se atreve a decirlo), y de los coleccionistas admira al conde Panza di Biumo...


¿No resulta vulgar gastar por una obra de arte diez veces más de lo que vale para que no se la quiten?
Es muy vulgar. Me gustaría tener una forma más refinada y barata de conseguir los cuadros que quiero pero normalmente pertenecen a gente rica y los ricos son insaciables.
Ud. ha descubierto grandes talentos, pero ¿no hay grandes artistas que pasan desapercibidos?
En general, el talento escasea tanto que es más fácil que la mediocridad se confunde con la genialidad que no que el genio pase desapercibido.

Estas son algunas "perlas" me quedo con su comentario de que es mejor que te seduzcan a seducir...


El conde Giuseppe Panza di Biumo, autor de la mayor colección de Minimal Art (Carl Andre, Larry Bell, Hanne Darboven, Jan Dibbets, Dan Flavin, Sol Le Witt, Donald Judd,  Richard Serra, Robert Morris, Bruce Nauman, Joseph Kosuth, Cy Twombly, Richard Long, Richard Nonas, Robert Ryman, Joel Shapiro, Lawrence Weiner, Daniel Buren, Joseph Beuys,  Alan Charlton...)comparado a los Médici de Florencia y descubridor de grandes artistas: Kline, Rothko, Robert Rauschenberg, Claes Oldenburg, James Rosenquist o Roy Lichtenstein (su primera adquisición en 1956 fue un Tapies)
Siempre dijo que fue un error no comprar a principios de los 60 obra de Warhol porque pensó que Lichtenstein era mejor Panza admits that not buying Warhol in the early 1960s was a mistake. “I believed that Lichtenstein was better, and in 1962 Warhol looks to me close to Lichtenstein but not so good as Lichtenstein,” 

 'I'll tell you an anecdote about him,' says Carroll, smiling. 'I went to see an exhibition in Gubbio and there he was, standing perfectly still, listening with the greatest attention to a difficult piano piece, I think by John Cage. That music said a lot about him, about his own complexity and sensitivity. Some collectors want to know everything about a piece. He never asks what the work is about. He just looks at it. For hours." (tenía una cara simpática, lo imagino concentrado ante la obra)

(murió en  abril de este año con 87 años ) y estaba convencido de que los artistas nunca dejarían de acompasar el ritmo de su evolución creativa al de la propia humanidad”,


Otro gran coleccionista Vienés que ha muerto este año con 85 años 
Rudolf Leopold, considerado como el más importante coleccionista privado de arte en Austria,  fundó en 2001 el llamado «Museo Leopold» de Viena, en el que se exponen entre otros obras maestras de pintores como Schiele, Kokoschka y Klimt...
La reputación del coleccionista austríaco sufrió en los últimos años debido a la procedencia dudosa de algunas de sus de obras, supuestamente expoliadas durante el nazismo. Sobre todo la comunidad judía de Viena criticó a Leopold ante su negativa de acceder a investigar más a fondo la procedencia de algunos de los cuadros adquiridos. En vez de devolver las obras de procedencia dudosa, Leopold siempre trató de llegar a acuerdos extrajudiciales. 
Así lo intentó también con el cuadro «Bildnis Wally», de Egon Schiele, que se encuentra embargado desde hace diez años en EE.UU. (Siempre me gustó Schiele)




Katharine Kuh  (galerista, comisaria y coleccionista, en1935, a los 31 años, fundó en Chicago la mítica galería que lleva su nombre) en su libro "Mi historia de amor con el arte moderno. Secretos de una vida entre artistas"  Deja caer de primera mano, por ejemplo, aquella conversación en la que Walter Gropius le preguntó a van der Rohe: “Tanto trabajo y ¿qué hemos conseguido al final? ¿Una ventana panorámica? :-)

Cuenta sin rubor, con orgullo, sus innumerables romances con artistas y no artistas, para señalar el punto de morbo que le proporcionaba conquistar a hombre casados. Y habla de la ternura de Kandinsky, al que compró un paisaje por cinco dólares; de la mirada del fotógrafo Ansel Adams; de los secretos de Duchamp y Man Ray; del impacto determinante que le proporcionó el acercamiento humano a Constantin Brancusi; del complejo de culpabilidad que le provocó el suicidio de Mark Rothko; de sus encuentros en Mexico con un silencioso Edward Hopper, “de cuya persona emanaba en todo momento un algo privado y retraído, casi inabordable. La última vez que lo ví, aproximadamente un año antes de su muerte, estaba alarmantemente encorvado. Aquella figura otrora imperiosa tenía ahora problemas para mantenerse en pie, la cabeza caída, hundida entre los hombros. Él, que siempre me había mirado de arriba abajo, me miraba ahora de abajo a arriba”.
comenta que grandes coleccionistas como Gertrude Stein  (su "Autobiografía de Alice B. Toklas" es muy buena) y Peggy Guggenheim no se limitaron como casi todos los demás a atesorar lo que sus asesores les buscaban -en algún caso sin llegar siquiera a desembalar lo que iba llegando a sus residencias y almacenes- sino que quisieron saborear el medio artístico, comprando las amistades bohemias que entretenían sus ocios. Peggy Guggenehim decía: “Eso que te gusta al entrar en un estudio, no lo cojas nunca”

 No todas las obras maestras de la pintura están expuestas en los grandes museos del mundo. Muchas pertenecen a coleccionistas privados, una de las "aficiones" más caras y exclusivas del planeta.
 Aquí tenéis una lista de las obras más valiosas que están en manos privadas.

Y no olvidemos mencionar el cuadro "El Retrato del doctor Gachet" de Vicente Van Gogh que en su momento alcanzó un precio record, fué comprado por Ryoei Saito entonces de 75 años de edad,  que pagó 82,5 millones de dólares, causó un escándalo cuando dijo que haría quemar el Van Gogh después de su muerte. Más tarde dijo: «Lo que yo realmente quería [expresar] era mi deseo de conservar la pintura para siempre.» Saito, usaba una figura retórica al hablar.  Aún así siempre lo tuvo en una caja de madera en su fábrica de papel (curioso mundo el del coleccionista a veces tan egoista) Después de su muerte en 1996, la ubicación exacta y la propiedad del retrato ha quedado envuelto en misterio, se dice que se hizo enterrar con él...

Un coleccionista anónimo ha pagado 33,6 millones de dólares por el cuadro "Benefits Supervisor Sleepin" de Lucien Freud, cifra record para un artista vivo... Ahora se sabe su nombre: El multimillonario ruso Roman Abramovich, propietario del club de fútbol londinense Chelsea, ha sido el misterioso comprador de los cuadros de Lucian Freud y Francis Bacon que hicieron historia la pasada semana en subastas en Nueva York.


En el estupendo libro "El tiburón de 12 millones de dólares"  Don Thompson dice:
Como economista y coleccionista de arte contemporáneo, hace tiempo que me siento perplejo por la cuestión de qué es lo que hace valiosa una obra de arte, y por qué alquimia se considera que vale 12 o 100 millones de dólares en lugar de, por ejemplo, 250.000 dólares. En ocasiones, una obra se vende por cien veces más de lo que nos parece una suma razonable, pero ¿por qué? Los marchantes y los especialistas de las casas de subastas no se precian de ser capaces de identificar o definir qué obras de arte contemporáneo valdrán millones de dólares. En público manifiestan que los precios son los que alguien está dispuesto a pagar, y en privado que comprar obras de arte al precio más caro es, con frecuencia, un juego que practican los multimillonarios para obtener como recompensa publicidad y distinción cultural. Ésta puede ser una buena descripción de la motivación, pero no explica el proceso.
Un banquero multimillonario invierte 12 millones de dólares por el cadáver de un tiburón descomponiéndose dentro de una tinaja. Un lienzo lleno de gotas de colores se vende por 140 millones de dólares. Una chaqueta de cuero abandonada en una esquina se subasta por la suma de 690.000 dólares. Si el negocio del arte moderno es serio, ¿por qué parece una broma?
También podéis comprar el libro "The impossible collection"  (las 100 mejores obras de arte que es imposible poseer)






Aquí podéis ver las 10 obras de arte más caras del mundo, En el primer puesto  se encuentra Number 5 1948, de Jackson Pollock, vendida por 140 millones de dólares, el precio más alto jamás pagado por una pintura. El comprador de la composición fue el empresario mexicano David Martínez, uno de los más importantes que en los últimos años ha adquirido trabajos de grandes artistas como Willem de Kooning y Mark Rothko. ¿Qué os parece?


Hay muchos otros  coleccionistas españoles,  por ejemplo  José Lázaro Galdiano y Francesc Cambó,  y más actual Helga de Alvear.  
Estadounidenses -J.P. Morgan, Frick, Huntington, Havemeyer, Barnes...-, 
Europeos -Wallace, Schukin y Morozov, Thyssen, Beyeler...


Os dejo con una anécdota de las peculiaridades del coleccionista...

El sello más raro del mundo

En 1873, en Georgetown, en la Guayana británica, había un muchacho llamado Vernon Vaughan que estaba empezando su colección de sellos. No entendía mucho en calidades y daba preferencia a los que le gustaban más. Un día separó algunos sellos "feos" decidido a cambiarlos por otros o a venderlos si encontraba comprador. Entre estos sellos despreciados había uno de forma octogonal, de la Guayana británica, de color magenta, que tenía dibujado el perfil de una embarcación de tres palos. Alrededor del barco estaba escrito el lema de la colonia: "Damus Petimusque Vicissim" (Damos y a cambio pedimos), las palabras "Guayana británica" y el precio "Un centavo". El sello estaba matado con las iniciales de un empleado de correos, trazadas con tinta. Entonces, allí se mataban así.
Vernon conocía a un coleccionista de sellos de la localidad. Le llevó sus sellos feos, entre ellos el sello octogonal. El coleccionista los examinó y ofreció seis chelines por todos ellos. Vernon aceptó el dinero, sin saber que se acababa de desprender de un sello que, con el tiempo, valdría muchos miles de dólares y que sería muy buscado por los más ricos coleccionistas.
Actualmente parece que todavía el "Guayana británica, magenta, de un centavo" sigue siendo, entre coleccionistas, el sello más valioso del mundo. Y es único. Un ejemplar único. Las "Publications Scott" de Nueva York, uno de los grandes árbitros del mundo en cosas de sellos, lo incluyen en su catálogo con el precio de cincuenta mil dólares y con esta nota: "Sólo se sabe que exista un ejemplar". 


Sorprendió siempre a los coleccionistas que de este sello sólo existiera un ejemplar. Y fueron muchos los que se dedicaron a buscar otro. En la Guayana británica se hicieron muchas pesquisas en este sentido, pero todas con resultado negativo.
Y en 1922 ocurrió algo sorprendente.
Un marinero coleccionista de sellos. Contaba que una vez un amigo le regaló un montón de sobres viejos y de fajas de periódicos todavía con los sellos, y le dijo:
-Para tu colección. Yo no haré nada con todo esto.
EI marinero despegó cuidadosamente los sellos. Y pegado a un sobre apareció un Guayana británica, magenta, de un centavo. El marinero tenía noticias del valor de este sello único, que ya no era único, puesto que él tenía otro igual, se documentó, supo que el propietario del otro sello era Arthur Hind y fue a visitarle. Hind examinó detenidamente el sello y ofreció mucho dinero. Quedaron en que la transacción se haría el día siguiente.
Acudió el marinero con el sello, Hind pagó el dinero estipulado... y entonces ocurrió algo sorprendente. Hind ofreció al marinero un cigarro puro, tomó otro cigarro para él y encendió una cerilla. Y, de pronto, con la cerilla, en vez de encender el cigarro, quemó el sello por el que acababa de pagar un montón de dólares. Y ya desaparecido el sello, dijo:
-En el mundo sólo hay un ejemplar del magenta de un centavo.
Y así es, en efecto, al menos hasta ahora.


Ya sé que nadie va a leer esta entrada tan laaaaargaaaa, pero de verdad que la he reducida al 10% y no ha sido nada fácil... hay tanto que contar, es tan interesante el mundo del arte... pero no importa, algo he aprendido buscando

55 comentarios:

David dijo...

¿Cómo que nadie? Yo la acabo de terminar y me la he leído enterita.
Buuufff... Muchas cosas para comentar.
La anécdota del sello, para empezar por el final... Me da que es una leyenda, pero qué quieres que te diga, ese tipo de actitud.... Qué voy a decir que no se entrelea ya.

Menos mal que has mencionado lo del libro de El tiburón de 12 millones.. No lo he leído, pero hice una entrada en mi blog hablando del tema.
Esto del coleccionismo de arte y las cifras tan desorbitadas que llegan a pagarse es algo que me supera. No lo entiendo, de verdad. Creo que tiene mucho que ver con el comentario que apunta el libro de "un juego que practican los multimillonarios para obtener como recompensa publicidad y distinción cultural". Un juego que a mí me parece hasta cierto punto vergonzoso.
No me quiero quedar ni con las caras ni con los nombres de estos personajes. He ido a los enlaces de Lola Garrido, pero me he vuelto corriendo. No me interesaba saber cómo o por qué motivos había ido formando su colección (por muy buena que sea).
Supongo que en esa reducción que has hecho habrás tenido que dejar fuera la colección de Tita y su difunto marido (ja,ja).
Lo más triste es cómo muchos de estos coleccionistas "amortizan" en parte sus colecciones exhibiéndolas para el público.
Conozco a una persona que exhibía su colección de prendas de una conocida actriz... Lo que me hacía gracia es que había adquirido el dinero para conseguirla con una colección primero de vídeos, pero después de dvds bastante pobre en lo que a extras se refiere.. En fin, mejor lo dejo.
Por último, una reflexión de Mauro Entrialgo (en U, el hijo de Urich) acerca de las diferencias entre coleccionista y acumulador. Habla de coleccionistas más mundanos que esos de los que tú has tratado en este post tan currado, pero bueno, a mí me gusta su definición:
"... mientras que el coleccionista acumula espacio, el acumulador acumula tiempo. El coleccionista tiene un pavor, como tenemos todos, a la inconsistencia de la vida real, al gran caos que nos envuelve, entoces el mantener una colección te da una cierta sensación de orden, que las reglas del juego se puedan aplicar a una pequeña parte de tu realidad da una tranquilidad absoluta, si tú sabes que hay diecisiete númroes de tal revista, poderlos comprar todos es controlar una pequeña parte de la realidad. Me falta el 16, pues pago dieciesiete mil pelas y tengo el nº 16 de la Patrulla X. Esa es una pequeña manera de controlar el caos de la vida normal. El coleccionismo siempre te da una sensación de tranquilidad cuando acabas una colección (...) En cambio el acumulador. El acumulador... yo nunca pagaría mucho dinero por un tebeo que me falta, un tebeo lo compro barato cuando lo veo porque me gusta. Sin embargo, me jode tiar cosas, porque las cosas han tenido un contacto conmigo y esas cosas me recuerdan a tiempos concretos.
Perdón por el comentario tan largo.
Un saludo.

Pilar Mandl dijo...

¡Enhorabuena DAvid! si hubiera premio te lo llevarías. Megusta tu comentario. Largo. Está totalmente a la altura de la entrada :-) a Tita la he dejado para cuando compre el Hola.
La anécdota del sello y la de Van Goh me las contó Lola y luego estuve indagando en internet para los enlaces. Siempre es interesante saber los motivos por los que alguien comienza a coleccionar y a mí me encanta saber qué obra compraron primero.
Estoy de acuerdo con la definición de Mauro... el orden dentro del caos...

Blue dijo...

Leo siempre tus entradas y además las leo más de una vez.
Nunca he coleccionado nada, así que no sé cuales son los deseos últimos por los cuales se llega a coleccionar.
Y ahora me pongo en el lugar del artista y pienso que me gustaría que mi obra la comprara alguien porque le emociona (como a Lola Garrido) y no porque me ve como una inversión aunque luego ni siquiera la desempaquete (qué cosa tan triste, tener una obra contra la pared).

Besos, Pilar.

ANRO dijo...

Bueno, yo también he leído tu larguísimo artículo y el larguísimo comentario del amigo David.
Yo no acabo de entender el mundo del coleccionista moderno...Bueno y del antiguo tampoco. Precisamente ayer veía un reportaje sobre la colección privada de unos nobles florentinos, que no quieren vender un solo cuadro, ni cederlo a museos porque sería traicionar el espíritu familiar.¡dios, qué egoísmo!
No puedo comprender lo de ese tipo que tenía el cuadro de Van Goth y que quería quemarlo antes que cederlo...eso es una brutalidad.
De todas formas en el arte actual hay mucho negocio para sacar dinero a flote....eso me produce un gran malestar.
En fin, no entiendo mucho de estos temas, pero esas excentricidades me sacan de quicio.
Un abrazote.

Pilar Mandl dijo...

¡MUchísimas gracias Blue! es todo un honor...
A mí también me gustaría que mi obra emocionara y si además la compran seguro que es porque les gusta, hay que estar muy arriba para que sea una mera especulación.
También me da una pena terrible que se compren obras de arte y se queden embaladas... pero ya sabemos que para el coleccionista no cuenta lo que tiene sino lo que aún no posee...

Un beso

Pilar Mandl dijo...

¡Muchas gracias Anro! buscaré el documental o reportaje parece interesante y qué casualidad que hace un par de horas en la TV también daban un documental sobre arte y colecciones, sobre todo del matrimonio Clark (que justo no he puesto nada)
A lo mejor "el arte" sobrevive gracias a todo ese "montaje"...

Un beso

David dijo...

Mi comentario no está a la altura de tu entrada, Pilar.
Lo del coleccionista de Van Gogh, no lo he comentado antes, y tenía intención, pero vamos, qué vas a comentar de semejantes comportamientos. Es que me he dado cuenta de que el comentario me estaba saliendo larguísimo y he preferido dejarlo. Pero es lo que dice Anro: ¡qué egoísmo!
Tampoco he hablado de lo de los coleccionistas que se hicieron con las obras de arte de propietarios judíos... Una vez vi un documental sobre el tema, y vamos, vergonzoso todo aquello.
Y bueno, de Damien Hirst y Tracey Emin y lo que cotizan en el mercado...prefiero no hablar. Me "alegro" por ellos, y dejémoslo así.
Otro saludo.

Pilar Mandl dijo...

¡Muchas gracias David! He puesto foto de la cara de Leopold (el de los judios) para que se vea que la cara es el espejo del alma...
Las entrevistas de Lola Garrido las has mirado muy por encima pero llevan mucho sarcasmo y profundidad. Estoy segurísima de que te caería muy bien.

Un beso

David dijo...

Sí, ya he visto que Blue la "salva". Luego paso y las leo con más detenimiento. No muy por encima... Como te dije, pinché y volví a tu blog para terminar el post (ja,ja). Así que luego pasaré y las leeré más detenidamente.
Un abrazo.

Rodericus dijo...

Por larga que sea una entrada, si el tema es interesante y está desarrollado de una manera aména, nuca se hara pesada.

Asunto poliédrico el del arte y sús coleccionistas. Hay un sectór de ellos al que podriamos considerár adictos, "yonkies" del arte, que solo satisfacen su necesidád de una dosis más pagando un sobreprecio desmesurado por el objeto de sús deseos, al que consideran imprescindible para sér felices. Los casos mas extremos de esta "patologia" no dudan en comprár obras robadas aún sabiendo que solo las podrán contemplár ellos. Creo que "El Grito" de Munch aún sigue desapaprecido.

Ayer apareció en la "Vanguardia" un interesante artículo sobre obras pictóricas desaparecidas en Európa durante la ocupación nazi, que a pesár del tiempo transcurrido, continua siendo un misterio sú paradero, e incluso su misma existencia. Hay unos cuantos "Dalí" desparecidos en los ultimos dias de la ocupación de Francia, que fueron catalogados por los nazis como "arte degenerado". Se ignora si fueron destruidos en Francia por la premura de la retirada, ó si obran en manos desconocidas.

Un saludo.

Pilar Mandl dijo...

Ja, ja, ja... sí David. Vale la pena...
:-)

Pilar Mandl dijo...

Gracias Rodericus2009! Has ganado 10 galletas (de las buenas de perro).
Si no me equivoco "El Grito" de Munch junto con "la Madonna" lo recuperaron un par de años después del robo, era muy difícil de vender...
Voy a "fisgar" la VAnguardia en internet a ver si tengo suerte y encuentro el artículo que comentas, parece muy interesante...
Demasiados misterios alrededor del Arte (con mayúsculas).

Un beso

Montse. dijo...

Lei toda la entrada, y me parece muy interesante, pero nunca llegare a entender porque se pagan cantidades tan grandes por obras que muchas veces no lo merecen. Y lo de quemar el sello dos, fue una putada, y muy egoista por parte del autor.Autores que murienon arruinados, hoy se cotizan mucho. Besitos.

Pilar Mandl dijo...

¡Hola Montse! hay tantas cosas incomprensibles cuando se trata de dinero... lo del sello tiene su gracia, al menos todo el mundo habla de él y es de lo qu ese trata cuando se quiere tener un único ejemplar...

Besos

marcela dijo...

Pilar, entrada muy currada. Casi es un tema que prefiero no comentar.Podía escribir toda la tarde. El arte para todos, es una cosa que me irrita. El arte, sólo y únicamente para el que lo necesite. La educación es un derecho, la cultura un deber.
Esos comentarios sobre el egoismo de los coleccionistas, me parecen un sinsentido. Pero, ¿vamos a ver no será mejor gastarse el dinero en arte, que en cocaína,nueva cocina,segundas residencias, etc.?
El arte está gratis-o casi-en los Museos para aquellos que tengan interés en verlo. Los grandes coleccionistas han cedido más de un 60% de las obras que podemos ver en esos mismos museos.
Y sí un sello vale lo que vale y el que lo compró piensa en conservarlo, es parte de su mitomanía. ¿Alguien antes de éste post se ha interesado por el sello...? Interesa la anécdota, lo mucho que vale, lo malos que son los especuladores artísticos,y cosas así. Miren por la ventana, el paiseje es gratis, lo bueno es gratis. Y sí alguien quiere gastar su dinero en algo que le emociona y le cambia la manera de pensar sobre el arte, dejénlo.
No conozco a nadie que preste a su bellísima esposa, pero es que el amor es muy egoista...
El arte contemporáneo se aprende, sólo es cuestión de entrenamiento. lo que ocurre que cada uno entrena para la carrera que quiere correr.
Un beso, Pilarica

Pilar Mandl dijo...

¡Pegas fuerte Marcela!
Me gusta: "El arte, sólo y únicamente para el que lo necesite. La educación es un derecho, la cultura un deber"...
Claro que a veces las obras de arte (pensamos) son patrimonio de la humanidad y si se quedan "cerradas" por otra parte pienso que los coleccionistas son artistas, verdaderos artistas y son MUY necesarios si no fuera por ellos no existirían tantas obras de arte y museos, galerías... pero no sé si he conseguido reflejarlo en la entrada ya que la he dedicado más a meter información que a opinar...

Kez dijo...

[Después de esto, me rio de cuando me dicen a mí que mis entradas son largas. A quienes me lo dicen les respondo, en tono solemne: "Lo repugnante es lo extendido; nunca lo extenso", que creo que leí alguna vez en alguno de los ensayos de Ernesto Sabato].

Hola, es la primera vez que escribo un comentario en tu blog [me ha alegrado ver por aquí también a Blue].

El tema de esta entrada es fascinante se mire desde el ángulo que se mire... Yo diría que el coleccionismo presume de dos de las características que tiene el patrón mínimo de buen funcionamiento del capital[ismo]: el exceso y la acumulación. Paradójicamente, ambas características se manifiestan en lo social con sus contrarios. [Por ejemplo, para que se entienda: la anorexia tiene lugar en un mundo desarrollado donde hay excendentes de alimentos; es solo un ejemplo, con el que no se explica ni de lejos el fenómeno de la anorexia, vaya por delante].

Pero eso ocurre mucho más en los de "abajo", digamos. Sin embargo, las aristocracias hacen del exceso y la acumulación un juego [juego en el sentido no de algo lúdico, sino en el de mucho de salvaje competición] de estatus, un estatus que se hincha con cada adquisisición y que constantemente entra en comparación con las colecciones de otros coleccionistas. De otra manera no se explica la fascinanción histórica de las aristocracias de todas las épocas en todo lo relacionado con el arte. Tener un "Picasso", un "Rothko", un "Pollock", etc, para estos coleccionistas significa que tienes dinero para poseerlo; es decir, quizás no tengas el talento de la cración pero sí puedes comprar ese talento y rodearte de él, gracias a esa abstracción que llamamos dinero... Cuánto más pagas por un cuadro más te estás valorando a ti mismo, según el axioma capitalista de "tanto tienes tanto vales". Así de fácil, o así de complejo, yo no sé...

Para terminar. A mi el coleccionismo de arte me recuerda un poco al mercado del fútbol. El aristócrata Florentino colecciona futbolistas por los paga cantidades de dinero que fulminan el mercado. Pero estoy convencido que el presidente del R.Madrid, al igual que los grandes coleccionistas de arte, cuando compran un jugador o un cuadro, se están poniendo precio a sí mismos, pasándose por alto la mercancía por la que están apostando. Es decir, y volviendo al principio, que representan el ejemplo más exagerado de la fetichización de la mercancía... Más o menos...

Un saludo,

abril en paris dijo...

Aqui otra que ha leido tu entrada y reconociendo que uno si puede y quiere emplea su dinero en lo que más le guste es absolutamente demencial comprar arte para guardarlo en el trastero acumulando polvo o en la caja fuerte de un banco suizo. Estoy totalmente a favor de los museos y de esa gente que expone ¿ de qué otra manera hubieramos conocido y disfrutado de la obra de Vincent, Sorolla o Velázquez? Los mitómanos son otra cosa o somos no sé.. porque yo me reconozco un poco asi pero en muy pequeña escala.
El síndrome de 'urraca' ( que no sé si existe )es una de esas manias
que se curan con los años o la falta de espacio.
Lo de los millones es algo que me supera..
Un besito :-))

marcela dijo...

Los millones nos superan...a todos los que nos los tenemos. Quizás ni nos hacen falta.
la revolución será o no será...

David dijo...

Pues no estoy tan de acuerdo con Marcela. No sé... Claro que es mejor gastarse el dinero en arte...Pero depende cuánto y cómo.
Es como lo que comentaba Mauro del tebeo...Él no paga una cantidad desorbitada por un tebeo (yo tampoco, la verdad).
Y bueno, mejor en arte que en una cocina. Sí. Y mejor otras cosas también.
A mí la actitud del tipo de Van Gogh me parece egoísta, lo siento.
Es así. Eso de "me entierro con el cuadro" o "lo quemo" es lo que me llama la atención.. Más allá de lo hermoso del cuadro, esa actitud por parte del coleccionista me parece también otra "obra de arte"... pero sin valor, en este caso.
Desgraciadamente creo que los millones superan a los que no los tenemos y a quienes los tienen.
Un saludo.

marcela dijo...

David, a los que los tienen desde luego. Un tebeo tiene mucho valor y sí eres coleccionista y te lompuedes comprar: te lo compras. El coleccionismo es una adicción además de un trastorno circunstancial de la líbido. Te lo digo yo. Se colecciona antes de la pubertad, cuando se folla poco, y después de cierta edad por la misma razón.
Otro abrazo

Pilar Mandl dijo...

La revolución NO será Marcela...

Pilar Mandl dijo...

¡Bienvenido Kez! Sí, seguro que un blog en el participa Blue vale la pena :-)

Me gustan los comentarios largos que parecen entradas.
¿Crees que la anorexia sólo tiene lugar en un mundo con excesos de alimentos? eso daría para otra entrada, conozco 2 niños que nacieron con anorexia...
Ten en cuenta que muchos coleccionistas cuando compran la primera obra y probablemente las 100 siguientes (incluso algunos como el Conde Panza di Biumo toda la colección) lo hacen porque les gusta lo que ven y quieren tenerlo, porque muchas veces su visión va más allá de la de muchos de los "comunes", luego por supuesto que hay especuladores a esos normalmente les compran la obra sus asesores...

Un saludo y gracias por comentar.

Pilar Mandl dijo...

Ja, ja Abril en París, sí, Gracias...
Con los años no sé si cura el "síndrome de la Urraca" pero la falta de espacio, incluso los traslados son una buena medicina...

Un beso

Pilar Mandl dijo...

David, Hay coleccionistas de tebeos que pagan una burrada por una primera edicción y por supuesto de libros y luego los guardan en su estantería, no los comparten (como lo de la mujer bella que comentaba Marcela).
Vale. Probablemente los millones nos superan...

Un beso

Pilar Mandl dijo...

Que no Marcela, que no! :-)
Todo el mundo colecciona algo, creo que está en nuestra naturaleza, sean soldados, cromos, pipas, libros... muchas veces compramos un libro porque queremos tenerlo y luego se queda sin abrir en la estantería o no volvemos a mirarlo...
Me quedo con lo de una adicción porque un trastorno circunstancial de la líbido no dura toda una vida ¿o sí?
:-)
Llegará un momento en que será o las cosas o nosotros porque van empujando y reclamando espacio...

Un beso Marcela.

Kez dijo...

Mira que sabía que introducir el ejemplo de la anorexia iba a crear controversias, jeje. Lo de los dos niños que nacen con anorexia en fin, que habrá que coger con pinzas ese diagnóstico de los médicos que los trataron; es decir, que ahora más que nunca los médicos tienen la mano muy suelta en eso de diagnosticar, entre otras cosas, porque la gente demanda un diagnóstico. Muchos pacientes respiran tranquilos desde el momento en el que un médicopone nombre al "mal" que los aqueja. Pero como bien dices, el tema no solamente da para otra entrada sino que también es carne de sesudas, extensas [y algunas extendidas] tesis doctorales...

Suscribo lo que dices en el segundo párrafo del comentario. Las motivaciones, los discursos, etcétera, de los coleccionistas, son los que son. Claro que les gusta y que disfrutan poseyendo el arte. Pero tampoco podemos olvidar el ejercicio de apropiación del arte que hay detrás de todo eso [apropiación=privatización]... Y el lastre especulativo que arrastra...

Un saludo,

Pilar Mandl dijo...

Pues pensándolo bien Kez igual tienes razón y en realidad nacieron con síndrome de abstinencia, lo que ocurre es que si el médico ignora la adicción tiene que poner un nombre al mal (pero esa es otra entrada).

Supongo que donde hay dinero hay especulación, es inherente al sistema...
Me gusta [apropiación=privatización].

David dijo...

Pues saliéndome de sellos y museos, en donde ando perdido.... de libros y tebeos puedo hablar un poco más.
Hay gente que compra los originales de un dibujante de un tebeo (las páginas de dibujo)...pero eso no el producto artístico acabado. El producto como tal es el tebeo, que es una reproducción. Si lo que interesa, su valor, es la historia (guión y dibujos, su contenido)... cosas como lo de primera edición, o una edición de la que salieron tres ejemplares u otra de cincuenta números con una portada alternativa.. no tiene nada que ver con el producto en sí... es un valor añadido... para el coleccionista.

Me ha hecho gracia Marcela con su comentario de que igual es un trastorno.
Probablemente.
Porque mira que a mí me gustan los tebeos... Pero si fuera rico, no pagaría una millonada por el nº 1 qué sé yo de qué... si no lo he leído pagaría un precio razonable por ese tebeo (me da igual en qué edición)...
Tengo un libro de Taschen de Little Nemo. Me costó 30 euros, y creo que como se agotó la edición y parecía que no iban a sacar, me dijeron que se estaban vendiendo por internet a 200 ó 300 euros (igual fue más, ya no recuerdo). No vendí el mío...
Creo que Taschen ha vuelto a sacar otra edición. Si alguien quiere pagar 300 euros por tener la primera en lugar de adquirir la segunda, que le va a ofrecer lo mismo...
Sin comentarios.
Podría aplicarlo también al caso de los libros... Y sí, la primera edición tiene una errata, esto o lo otro...pero si se hace una edición fiel de aquella primera, el valor del libro está en lo que transmite, no en lo que representa como objeto, me parece... Y a mí me encantan estos como objeto, sus portadas, en qué editorial fueron publicados, que sean viejos o nuevos... Pero al final lo que realmente tiene que quedarme es el texto del autor, me parece. ¿O alguien va al cine sólo para coleccionar las entradas y no se preocupa de ver las películas?
En ese sentido me hace gracia lo del cine... Al margen de vestidos de las estrellas, fotos y demás, la cosa está más clara...La gente se queda con la película (no con los rollos de cine)...con lo que ve en la pantalla (y sí, mejor ver una edición buena, sin censuras y en versión original, vale)... el resto no tiene que ver con el cine, sino con el coleccionismo.
Yo colecciono alegrías y tristezas, ilusiones y desilusiones, amigos y (espero que no, pero supongo que también) enemigos, buenos y malos ratos, y sobre todo proyectos... la mayoría de ellos inútiles e imposibles, peeero... sale más barato que un Van Gogh... y estoy dispuesto a compartirlos.
Un saludito.

Pilar Mandl dijo...

¡Cielos, David!
Creo que van a ser más interesantes los comentarios que la entrada misma... si fuese un librolo "voltearíamos" para empezar por final (colocado al revés)
Nunca puedes saber lo que harías si fueses millonario, sólo son suposiciones, pero igual comprarias todos para tener "un ejemplar único"...
bonito libro en de Nemo ¿Tienes el grandeee???? ¿Primera edición?
Las entradas de cine las pueden pedir a la salida...

:-)

Yo también colecciono buenos momentos (click)

JL Cancio dijo...

"Artehólico" era una palabra desconocida en mi vocabulario. Una de tus mejores posts. El comentario de Marcela, impecable.
¿Como se dice por ahí? ..."una entrada de la hostia"
Saludos!

Pilar Mandl dijo...

¡Te echaba de menos José Luis!
Tienes razón. El comentario de Marcela es... genial... como todos los suyos y con el agravante que sabe de que habla :-)
Sí "artehólico" es la traducción qu ese han sacado de la manga, pero creará escuela...
Y muchas gracias, Fíjate que pensé que no lo iba a leer casi nadie (al menos no completo) esto de los blogs y sus intereses NUNCA deja de sorprenderme...

Manuel Márquez dijo...

Una recomendación, compa Pilar: deberías poner una advertencia antes de la reseña para que el que se plantee su lectura (y la de los comentarios), se reserve un tiempecito prudencial (porque la extensión lo requiere) y despejado, o, mejor, exclusivo (porque la enjundia así lo hace aconsejable). En cuanto al tema de fondo, tengo un sentimiento bastante ambivalente respecto a la figura de los grandes coleccionistas: no puedo dejar de reconocerles su sensibilidad y que, en último extremo, su opción supone la elección del arte frente a otras alternativas más “pobres” desde el punto de vista humano (aunque, a esos nivelazos, no suele ser opción “con descarte”, sino sólo una más...); pero, desde el punto de vista económico, me parece un dislate, una manifestación de lo más sonrojante y asqueroso del capitalismo. Cuando alguien puede gastarse impunemente cientos de millones en un cuadro, mientras cientos de millones de personas las pasan canutas, es que el chiringuito no termina de estar muy bien “montao”, me parece. Pero, bueno, eso es harina para costal de reflexión mucho más amplia... En fin, felicidades, Pilar, por tu reseña, y a tus comentaristas por lo enriquecedor de sus aportaciones.

Un fuerte abrazo y buena semana.

Cosechadel66.es dijo...

Excelente entrada, Pilar... yo creo también que todos más o menos somos coleccionistas. Y luego, habría que añadir (si no se ha hecho, aun no me he leído todos los comentarios) que en esta era el coleccionismo cambia con lo digital... yo colecciono imágenes, fotos, libros, películas... y las guardo en el ordenador. Si, se que no es lo mismo una imagen digital, pero si lo importante es el conocimiento y compartirlo, y no la posesión... estamos ante una nueva era. ¿cuanto hubieras tardado, en que formato lo hubieras hecho y cuantos hubiéramos leído y opinado sobre este tema hace, digamos 20 años?

Un saludo, Pilar.

Carpe Diem

Cosechadel66.es dijo...

Por cierto, si eres tan amable de indicarme un correo donde poder comentarte una cosita.... :-)

Pilar Mandl dijo...

¡Qué bien te explicas Manuel, da gusto "escucharte"!

Ya sabes, cuando se empiza a escribir la entrada, hasta el final no te das cuenta de lo larga que es y sí, es cierto que los comentaristas la habéis enriquecido considerablemente...
¡Muchas gracias!

Un beso

Pilar Mandl dijo...

¡Muchas gracias cosechadel66!
Tienes razón, el tema digital no se ha tratado, a lo mejor porque es gratuito :-) pero sí, gracias a eso podemos permitirnos tener colección de muchas cosas que de otra forma sería imposible y para tener tantos lectores tendría que haber sido algún artículo en un periódico nacional y luego estaría el problema de las imágenes...

Correo:
pilarpunto@gmail.com

(Tengo curiosidad :-) un beso)

El intimista secreto dijo...

A ver, Mandl, hace días que leí tu entrada (de un tirón, tampoco es el Quijote) y enseguida quise ponerte un comentario breve e inteligente. Y ahí me falló el pulso: no se me ocurría nada inteligente y si escribía algo cortito hubiera quedado como un rasca.
Tras unos paseos durante los días pasados por esos aeropuertos del mundo a los que cada día odio más, vuelvo como un corderito al redil de tu página. Y, mira, te diré lo que me viene a la mente. A mí, de pequeño siempre me gustaba coleccionar. Coleccionaba cromos y canicas, por no mencionar cosas más extrañas. En mi universo preadolescente, completar, o casi, una colección me confería una sensación de poder, de exclusividad por encima de la mediocridad de mis compinches. Después coleccioné comics, comics de CIMOC , de Moebius y Esteban Maroto, y aquello, además me producía una sensación de extravagante intelectualidad. Ahora no colecciono nada. No porque no tenga interés, sino porque no tengo suficiente dinero para comprar lo que me interesa; y no ya una colección, sino posiblemente un par de cosas de las que realmente me ponen. En el fondo, creo que el supermillonario que colecciona impresionistas o arte moderno es un niño que colecciona canicas. "Tengo la mejor colección de canicas del mundo y soy un ser especial". Algo hay de ello. Y también un deseo de ser distinto ante el implacable rasero de la muerte; distinto a falta de poder ser inmortal.
Pero tampoco faltan los que simplemente coleccionan teléfonos móviles adornados con diamantes porque, simplemente, no saben dónde tirar su jodido dinero.
Seguiremos siendo paseantes de las exposiciones temporales.
Y a mucha honra.
Mil besos.

Pilar Mandl dijo...

Vamos Intimista! no seas modesto, cualquier comentario tuyo (aún breve) es inteligente, de todos modos es todo un honor tu "regreso" para comentar :-) ¡gracias!
Sí, es curiosa tu explicación de las canicas pero en el fonndo todos coleccionamos, todos queremos poseer, con excepción de algún "bicho raro", al margen del valor de lo poseído...
Seguiremos siendo paseantes aunque a veces algo nos guste tanto qu equisíeramos tenerlo en nuestra casa...

1600 Producciones dijo...

Recuerdo esas primeras páginas del libro de Sontag y como me identifiqué con ellas... Tu cita me "obligó" a leer todo tu post y a pensar en mis propias locuras (pero... siempre hay alguien que está peor jeje). Se agradece esta entrada que vale cada una de sus palabras.

Saludo y beso.

Lucrecia Borgia dijo...

A mi me encantan las obras de arte. El mes pasado le compré "La raya verde" de Matisse, a un indigente que la vendía en La Gran Vía. Le pagué 20 euros(espero que no sea falsificada).

Un beso coleccionado

(P.D.:¿Puedo publicar un post mío en tus "Comentarios"?, pues veo que le permites a todos. ;-)

MBI dijo...

Estoy a medias de leer el post...
...
Siempre descubro lo que no se...

Señor Werty dijo...

Fantástica entrada de verdad, ayer precisamente hablaban en el telediario de "coleccionistas" uno de cajetillas de tabaco y otro de móviles, en fin, debe ser que no es políticamente correcto en los tiempos que corren hablar de los verdaderos coleccionistas de arte o al menos de objetos interesantes

Sau2

Pilar Mandl dijo...

¡Cuánto tiempo 1600 producciones!!!

Pilar Mandl dijo...

Veo que tienes "buen" olfato Lucrecia :-)

Puedes.
:-)

Pilar Mandl dijo...

Qué bueno es descubrir MBI... el mundo a través de las ventanas...

Pilar Mandl dijo...

Lo que ocurre Sr. Werty es que esas colecciones interesan a más público...
Todo el mundo tiene móvil, muchos fuman...

gerardobasabe dijo...

Hola Pilar.¡Que bueno que te gustò el dibujo! Un abrazo.chau.

Inma S dijo...

yo también he aprendido mucho!! muuuuuuuaaaaak

Pilar Mandl dijo...

Es muy bonito Gerardo, además colecciono caperucitas...

Pilar Mandl dijo...

¡Cuánto tiempo sin verte por aquí Inma!
Gracias.
Un beso

Anónimo dijo...

Aprendi mucho

Pilar Mandl dijo...

¡Gracias Anónimo! qué bien...

Osmal dijo...

El coleccionismo como cualquier otra actividad humana tiene su lado positivo y su lado negativo de modo que los mejores comentarios son los que consideran ambos aspectos.En cuanto al precio de una obra de arte es un asunto de Mercado y relativo al medio ,a la epoca y otros factores concomitantes. Hay un valor real y un valor circunstancial. Y hay distorsiones que depende del nivel de los actors,incluyendo al observador. El hecho de que la excentricidad de un millonario que quiere siempre ganar lo conduzca a pagar millones por un cuadro en una subasta, no cambiara el valor real de unas manchas al azar hechas chorreando pintura sobre un lienzo sin mas pretension que dar una impresion indeterminada y los millonarios pueden ser mas desequilibrados que el artista que creo la bizarra obra. Obras de arte objetivo que producen efectos predeterminados, no necesriamente seran apreciados por un millonario o asesor de arte.

Pilar Mandl dijo...

Gracias, Osmal, por tu aportación...
He bscado tu blog para escribirte a que esta entrada se ha quedado un poco atrás en el tiempo, pero no he encontrado nada.