Recuerdo unas navidades en Londres hace siete años, el día de Navidad mi hija y yo salimos a pasear temprano por Regent´s Park, viviamos cerca en un precioso piso compartido con unas espectaculares vistas, tras dar de comer a los patos y hacer unas maravillosas fotos como la de la rosa que abre el post, pues mi hija que ese año estaba haciendo un curso de fotografía en la Saint Martins y en esa época no se separaba de su cámara, pues lo dicho, despues de hacer las fotos caminamos por el paseo junto a esas enormes villas que rodean el parque y llegamos a un bar restaurante de esos de mayordomos con librea ja ja ja, el caso fue que nos permitieron la entrada y nos sentamos junto a unos enormes cristaleras en unos sillones orejeros de cuero marrón y pedimos dos cañas que hacían ellos que nos trajeron (y eran enormes), junto con unos exquisitos dulces de jengibre, nos tomamos tres más cada una.
El lugar era perfecto, la compañía también.
Puedo decir sin ninguna duda que fueron las mejores cervezas de mi vida, y seguro que también las mejores navidades, aunque todas las navidades junto a ella fueron muy, muy, muy especiales.